la libertad si no es con amor no es libre.
Ya ni muchas ganas me dan de escribir en esto. De pronto quisiera escribir cosas más sofisticadas, más divertidas, interesantes, que se yo. Pero todo se traduce a descargas y malos ratos, nostalgias y que se yo, supongo que un poco de música.
Tengo ganas de escribir sobre risas y buenos momentos, sobre grandes resultados en mis experiencias del día a día. De pronto creo que reducir la vida a andar todo el día montado en bicicleta y tomar grandes cantidades de helado es lo que necesito. Ni trabajo, ni dudas, ni sueños ni rendirle cuentas a nadie.
Pasa que cuando quiero hacer las cosas, me gusta hacerlas y ya. Seguir mis metas y sueños y no tener tanta duda, así como era hace unos 5 años atrás. Pero ya es suficientemente cansador rendirle cuentas a mi propia mente como para tener que seguir luego con una larga lista más. ¿Qué acaso mi vida no me pertenece sólo a mi?. No lo sé, de todas formas por ahora, mientras el amor no sea libre, prefiero lo que está pasando. Aguantarme mi soledad, aguantarme el día a día en una casa vacía, caminar o ir en la micro, con los audífonos y mis mp3ces en lugar de una buena conversacion. De la casa al instituto y del instituto a la casa. Visitas esporádicas al par de torpes esas que veo de cuando en vez (llámense Kuarola y Trini).
Recuerdo que cuando ya estaba absolutamente apestado de mis estudios de filosofía, cuando ya me habían roto el corazón por segunda o tercera vez en la vida y era como un fantasma entre mis compañeros y compañeras, disfrutaba esas largas 13 o 15 cuadras de la universidad a mi hogar. Ahí fue cuando descubrí que con nadie podía conversar más e ininterrumpidas horas que conmigo mismo. Reirme de lo que nadie se reía, entender eso que nadie entendería, jugar como nadie jugaría. Lamentablemente el único que nunca te va a llevar la contra eres tú mismo. Al menos en mi caso, nunca he tenido desencuentros conmigo mismo, nunca he debido desdoblarme para poder luchar épicamente conmigo mismo. Mal que mal quizás sólo yo consigo entender que se siente estar en mi lugar. Haber sido ese niñito prodigio que conforme pasó el tiempo se volvió uno más del montón. Ese niñito sin patria que, conforme se firman más y más acuerdos internacionales, pasó a ser más un prototipo que un estereotipo. Supongo que se esperaba mucho de mi, supongo que la gente siempre espera mucho de mi, y creerán tambien que pudiendo hacerlo todo no hago nada. No lo sé. Pero verdaderamente hoy no quiero ser nadie, no quiero romper records, salvar vidas ni escuchar mis canciones en la radio. Supongo que lo cambiaría por un trabajo mecánico y no extenuante, que pudiera realizar sin aburrirme, día a día, como el farolero de El Principito. Una casa propia, un gran ventanal donde mirar cada día el atardecer con una taza de té en la mano, un sillón para dormitar, un patio donde salir a jugar y a corretear con mi Pequenho, tardes domingueras de completa inactividad, recostados viendo tele, conversando o contandole cuentos, sesiones de cosquillas, desayunos en la cama y vuelta a la rutina.
Hoy inminentemente lo único en claro es mi INSECTO DE ORO EN EL CORAZÓN QUE LE REZA AL SOL Y HACE FIGURITAS DE PAPEL DE ARROZ, mi pequenho, Zé Gordinho, gordo petete, por él soy y seré y como dice Bjork: "i'll always be there to catch you "
Ante la ausencia de buenas ofertas es mejor desistir, nunca negarse, eso es como quedarse sentado siempre en el mismo lugar, pero lentamente supongo que las cosas y el tiempo me demostraran si debo vivir mi vida en singular o en plural.
1 comentario:
Oye tarado ven a verme en la semana, llama con dos días de anticipación y quizás me haga un momento para tí ;)
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